Que el Llull Lab tenga su sede en Mallorca potencia diferentes aspectos: la autoridad de una figura histórica universal como Ramon Llull, cuyo modelo de conocimientos en red resulta cada vez más contemporáneo, ha de resultar un foco de atracción indudable en un momento en el que los modelos de transmisión cultural buscan impactar y abrirse en sociedades heterogéneas. Por otro lado, Mallorca es un lugar a un tiempo aislado de los grandes núcleos urbanos, lo cual puede facilitar la concentración y un cierto espíritu contemplativo, imprescindible en el estudio y la investigación, pero conectado de modo privilegiado con las principales capitales europeas.

Ramon Llull es el creador del sistema de pensamiento conocido como "Ars magna", un método de conocimiento en el que convergen distintos saberes de su tiempo: filosofía, teología, medicina y derecho, entre otras disciplinas. Mediante el lenguaje del "Ars combinatoria" relacionaba diferentes conceptos, y esta unidad de los distintos saberes de la época debía llevar, a través de la razón, la demostración y el diálogo, la paz entre las religiones.

LLULL LAB quiere seguir poniendo en práctica el método luliano y pretende ser un espacio de debate de nuestro tiempo: entendido como un modelo o método de investigación universal, que utiliza las ciencias, las artes, las nuevas tecnologías y los medios de comunicación emergentes, cuyo contenido se va alimentando de materiales procedentes de una práctica artística y docente: instalaciones, debates, danza, teatro, exposiciones, debates, seminarios, etc. y de una necesidad real de diálogo y argumento razonado para poder aproximarnos al sentido más genuino de lo humano, en su dimensión unitaria entre lo intelectual, moral y social.

La idea del proyecto es y está liderado por el profesor Amador Vega, catedrático de Filosofía de la Universidad Pompeu Fabra, y está coordinado por Sílvia Ventayol, doctora en Humanidades.